Desde el inicio de los distintos Programas y Proyectos de gestión para la recuperación del lince ibérico a principios de este siglo, el seguimiento de las poblaciones de conejo silvestre ha sido una de las herramientas más importantes de cara a la gestión de la especie, ya que la monitorización de las poblaciones de conejo permite:
-Conocer la aptitud y capacidad de los distintos montes, fincas y Espacios Naturales para albergar al felino.
-Observar la evolución de las poblaciones del lagomorfo en el tiempo, muy dinámica y susceptible de presentar graves descensos provocados por las enfermedades.
-Diseñar los distintos proyectos de mejora de hábitat encaminados a aumentar la capacidad de carga del medio y así conseguir hacer crecer numérica y espacialmente a las distintas subpoblaciones de lince.
La monitorización de las poblaciones de conejo se realiza en verano. La razón para hacer estos trabajos en fecha tan ingrata es hacer coincidir los muestreos con la época en que los conejos son más abundantes, ya que estos presentan un pico máximo y un pico mínimo de densidad poblacional a lo largo del año.
Tal y como se ha explicado en anualidades anteriores, este trabajo de censo consiste básicamente en la realización de recorridos a pie por el área que se pretende muestrear (toda el área de distribución del lince y otras zonas de interés, susceptibles de ser colonizadas por el felino) donde se toma información de presencia de conejos mediante la geo-referenciación de todas las letrinas o “cagarruteros” que se observan en los distintos transectos. La relación existente entre el número de “cagarruteros” y la distancia recorrida puede relacionarse fácilmente con la densidad de conejos en la superficie muestreada, y esto puede traducirse en el número de conejos por hectárea que existe en un determinado lugar. Conociendo las necesidades tróficas que presenta el lince ibérico, este dato nos ofrece directamente una estimación de “cuantos linces caben en cada porción de territorio muestreado”, y este dato es fundamental en el análisis de la evolución de las distintas áreas de presencia en el tiempo; así como el potencial para acoger nuevos individuos que puedan presentar nuevas zonas de presencia o de reintroducción. El seguimiento de las poblaciones de conejo consume un porcentaje importante de las jornadas de trabajo de los distintos equipos de seguimiento del lince ibérico, pero esta información es absolutamente fundamental para poder hacer una gestión adaptativa dentro del Plan de Recuperación.
Los muestreos de este verano de 2022 están siendo algo distintos y un poco más innovadores; y es que están sirviendo además para tomar muestras genéticas de los excrementos de lince que se observan en los distintos recorridos. Este es el comienzo de la puesta en marcha de una importante acción del LIFE LYNXCONNECT en la que se pretende a medio-largo plazo “establecer unas directrices para la gestión integral de todas las subpoblaciones de lince ibérico atendiendo a criterios genéticos”.
En la primera fase de esta acción se procederá a caracterizar genéticamente a todos los individuos reproductores conocidos a partir de muestras genéticas de los excrementos colectados. Esto será necesario para la futura implementación del seguimiento y gestión genética, de cara a complementar por ejemplo al foto-trampeo en la elaboración de los censos anuales, o también a conocer la variabilidad genética de cada subpoblación para así optimizar los procesos de reintroducción y reforzamiento genético, seleccionando los genes más idóneos o menos representados en cada área de distribución, maximizando la diversidad genética de todas las subpoblaciones.